Escuché su música y bailé,
me abrió sus caminos y caminé,
con sus ardores me abrigué
y con su ejemplo, aluciné.
En todos y cada uno lo hallé,
en las piedras con las que tropecé,
en lo hondo de los gritos que callé
y en los suspiros que liberé.
Y desde que lo encontré
soy el suelo que pisan mis pies…
Chame.
me abrió sus caminos y caminé,
con sus ardores me abrigué
y con su ejemplo, aluciné.
En todos y cada uno lo hallé,
en las piedras con las que tropecé,
en lo hondo de los gritos que callé
y en los suspiros que liberé.
Y desde que lo encontré
soy el suelo que pisan mis pies…
Chame.