Mi último viaje...

Hoy necesito que tu luz brille con fuerza
para alcanzar esas lejanas fronteras
que esperan allá en ultramar.

Hoy tienes que ser el viento
que hinche fuertemente mis velas
y me aleje de todos los miedos.

Sé hoy, un gigantesco fuego,
haz que se consuma la materia
que me ata sin nudos a este tiempo.

Conviértete en cada una de estas letras
y hazte esencia de este, mi poema,
que en cada amanecida se estrena.

No calles, espejo, respóndeme  un fonema
que dé sentido a mi existencia
pues siento que mi Ítaca se acerca.

Ya no deseo más problemas.
Se acabaron los juegos solitarios
donde el perder espera.

Hoy necesito escribir el último diario
para entregar una herencia
arrancada de un pobre abecedario.

Mis manos quedan vacías, yertas,
se cae la pluma, ya sin tinta, encima de la mesa
donde arden las cuartillas con todos mis poemas…

Chame.