Silencio, ¿Dónde te escondes?
¿Estás detrás del espejo?
Responde, ¿Estás jugando con el tiempo?
¿Por qué te vistes de invierno
si así nadie te reconoce?
Llega el momento de que hablemos,
mi verano se hace largo
y me viste el aburrimiento
con sus trajes de hombre.
El reloj huye lejos, corriendo
y ha olvidado aquí mi nombre
dejando un enorme incendio.
¡Silencio! ¿Es qué no me oyes?
¿Dónde, dónde te escondes?
¿Acaso, no entiendes mis dialectos?
Chame.
¿Estás detrás del espejo?
Responde, ¿Estás jugando con el tiempo?
¿Por qué te vistes de invierno
si así nadie te reconoce?
Llega el momento de que hablemos,
mi verano se hace largo
y me viste el aburrimiento
con sus trajes de hombre.
El reloj huye lejos, corriendo
y ha olvidado aquí mi nombre
dejando un enorme incendio.
¡Silencio! ¿Es qué no me oyes?
¿Dónde, dónde te escondes?
¿Acaso, no entiendes mis dialectos?
Chame.
A veces el silencio es amigo... aunque no queramos aceptarlo. hay silencios atronadores y otros...
ResponderEliminarUn gusto leerte.
Un beso.
Reme.
A veces lo encontramos persiguiéndonos hasta detrás de las esquinas y no decae en su empeño de cubrirnos con su capa de fuego, Otras, con una de seda... pero cuando lo buscamos se hace invisible y solo la constancia nos puede desvelar donde se haya. Cuando tenemos su dirección y le escribimos una carta, niega el replique porque no encuentra sino ecos de un pasado y llamadas desde el futuro llenando nuestros buzones. y no insiste...
ResponderEliminarGracias por mantener este sendero transitable con tus continuas visitas.