Miramos a La Luna y se nos despiertan preguntas.
Su luz ilumina en su baile de desnudeces,
juega con las sombras y siempre nos está mirando.
Cuando se consigue hablar con ella,
ya no se pierde nunca más el intimo contacto.
Algunos a esto le llaman "Locura".
Su luz ilumina en su baile de desnudeces,
juega con las sombras y siempre nos está mirando.
Cuando se consigue hablar con ella,
ya no se pierde nunca más el intimo contacto.
Algunos a esto le llaman "Locura".
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