Oigo el baile de las cuerdas de la guitarra
y el tiempo de repente se para.
La luz, en su foco de color naranja
ilumina en todo su esplendor a una cigarra.
Está en el centro de la absoluta Nada
pero, se siente, se sabe observada.
Su memoria se estremece y colapsa.
Entonces extiende sus alas y danza.
De repente suenan dulces flautas
y coros de hojas al viento pautan
compases que sus instintos incautan
haciéndola cantar sin saber la causa…
Es la primavera, que de repente, estalla.
Chame.
y el tiempo de repente se para.
La luz, en su foco de color naranja
ilumina en todo su esplendor a una cigarra.
Está en el centro de la absoluta Nada
pero, se siente, se sabe observada.
Su memoria se estremece y colapsa.
Entonces extiende sus alas y danza.
De repente suenan dulces flautas
y coros de hojas al viento pautan
compases que sus instintos incautan
haciéndola cantar sin saber la causa…
Es la primavera, que de repente, estalla.
Chame.
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