(VII)
Lo que
sobra, lo obsoleto,
lo andado, lo aprendido,
y seguiría hallando motivos
que me permitan nuevos retos.
Lo que
cargo en mis alforjas,
los pasillos de mis conventos
donde encontré el conocimiento
y mi vieja colección de horas.
Los
planos de mis inventos
se parecen con los mi ciudad
invadida de activa humanidad
que copia los caminos de los vientos.
Chame.
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